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miércoles, 8 de enero de 2014

La plasticidad cerebral

"El aprendizaje es uno de los mayores beneficiarios de la plasticidad cerebral. Estudios efectuado con músicos han demostrado que zonas especiales del cerebro responsables de movimientos atinados o específicos en determinadas partes del cuerpo  están en realidad, reconectadas para optimizar el ejercicio. En cuanto al aprendizaje se convierte en algo rutinario, a base de repetir una y otra vez los ejercidos, lo lógico es que las conexiones neuronales se hagan permanentes. 

Lo fascinante es que se pueda prescindir del contacto material para garantizar que se produce reconexión de experiencias. Basta con ejecutar mentalmente un determinado proceso para que tenga un resultado parecido al de la conexión material a raíz de un ejercicio de practicas.

Así como en los años cincuenta la mayoría de los ciudadanos de clase media no practicaban deporte, y fue gracias a la investigación científica como se identificaron los beneficios de la practica de ejercicio para la salud, lo mismo va a ocurrir en los próximos veinte años con el ejercicio mental positivo, que ayudará a mejorar el estado de bienestar y aptitudes como el altruismo.”

Eduardo Punset, "El sueño de Alicia", p211.

Comenta Punset en su libro que el proceso de regeneración del cerebro no acaba nunca, si nos mantenemos activos, socializamos con "la manada" (o sea no estamos solos), nos planteamos nuevos retos, nuestro cerebros se conecta y reconecta. No hay más límites que los que nos pongamos nosotros. Que no queremos a cierta edad hacer algo porque somos mayores, ¡tonteria! Es un límite autoimpuesto. Y por cierto, comenta que las intuiciones, que nos vienen frecuentemente en momentos de descanso, son mucho mejores de lo que nos han enseñado a creer. ¡No las apartemos sin mas!

Eduardo Punset: "Se avecina un gran cambio, la ciencia irrumpe en la cultura normal"

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Qué es más difícil que aprender?

Siempre nos enseñaron que lo más difícil en esta vida era aprender. ¡Mentira! Lo más difícil es desaprender.
Como dice Eduard Punset, muchas de las decisiones que tomamos se basan más en lo que creemos en vez de en lo que vemos. (Esto tiene que ver mucho con nuestros marcos mentales.)



Y si algo lo aprendemos de pequeños, cambiar esa creencia es muy difícil (de ahí la célebre frase atribuida a los jesuitas: "dame un niño de hasta siete años y te devolveré un hombre"). Alvin Toffler va más allá: "Los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender lo aprendido y volver a aprender." 

Desaprender es algo más "natural" para la gente que tenga un bagaje científico, pues la base de los avances de la ciencia no es mas que hacer conjeturas, ver que se cumplen, disponer pues de una teoría y, para asegurar el avance constante de la ciencia, estar abierto, si se identifica una incongruencia a CAMBIAR lo necesario para adaptarlo a las nuevas evidencias.

José Manuel Atencia ( El País, “Aprender a Desaprender”,) afirma que “El mundo gira a un ritmo tan vertiginoso que todos los días desestimamos una idea que un día fue importante, pero rechazamos desaprender algo que habíamos aprendido. Todo ocurre tan rápido que apenas nos da tiempo a pensar en ello, pero la realidad es que el mundo se equivoca un día sí y el otro también. Muchas de las cosas que nos han servido hasta ahora han dejado de ser útiles, sin embargo demasiadas de ellas siguen estando vigentes.”

Llegados a este punto, espero haberos convencido de que tenemos que estar preparados para desaprender lo que nos está impidiendo seguir creciendo. Tengo aquí una prueba para que calibres hasta donde estás dispuesto a llegar:
 ¿Comerías insectos? La respuesta típica es ¡que asco, por favor! Pero sabias que “100 gramos de grillos deshidratado contiene 1.550 miligramos de hierro, 340 miligramos de calcio y 25 miligramos de zinc – 3 minerales que suelen faltar en la dieta de los pobres. Los insectos tienen mas minerales y grasas saludables que la ternera o el cerdo. (…) Los europeos estaban convencidos de que los Aborígenes se morían de hambre. ¿Por qué? Porque veían que los nativos comían la comida de último recurso -  insectos. Larvas, ratas, bichos que nadie que no estuviese hambriento comería. Que esta dieta era nutritiva, abundante, y pudiese tener el sabor de 'huevos revueltos con gusto a nuez y mozzarella suave' jamás se les ocurrió a los británicos” En el principio era el sexo (Paidós), Christopher Ryan.
El día que vaya a Asia, ¡pienso probar de todo!

miércoles, 27 de abril de 2011

Diez mandamientos para no ser infeliz (según Punset)

Publica otra vez Eduard Punset. Su último libro, "Excusas para no pensar" es un paseo con 10 itinerarios, como son las emociones, el cerebro, los cambios, etc. Comenta nuestra capacidad infinita en insistir en la infelicidad y propone "diez mandamientos para no ser infeliz".

Una frase que repite varias veces es que mucha gente se preocupa "de si hay vida después de la muerte" pero en cambio no se preocupan de "si hay vida antes de la muerte". (A mi esta reflexión me trae a la cabeza la canción "Me olvidé de vivir" de Julio Iglesias.)

En la página 268 está el decálogo que aquí resumo:
  1. No intente ser feliz todo el rato. (...)
  2. Intente disfrutar la preparación y la búsqueda de sus metas y objetivos (...)
  3. La felicidad es, primordialmente, la ausencia del miedo. Aparte de su imaginación todo lo que pueda generar miedo e intranquilidad (...) Para perder el miedo a las cosas pequeñas hay que habérselo perdido a las cosas grandes, como la perspectiva de la muerte o la falta de trabajo.
  4.  Cuide los detalles y las cosas pequeñas en lugar de seguir obsesionándose por los grandes proyectos. (...)
  5. Las investigaciones más recientes demuestras que el nivel de felicidad aumenta con la edad. (...)
  6. Concentre todos sus esfuerzos en disfrutar de aquello que más le guste: leer, jugar al tenis o al golf, hasta trabajar si le apetece. Todo, salvo aburrirse delante de la tele (...)
  7. No desprecie a nadie. La antítesis del amor no es el odio, sino el desprecio a los demás (...)
  8. Cuide sus relaciones personales. De todos los factores externos de la felicidad (...) el que mayor impacto tiene sobre la felicidad son las relaciones personales. (...)
  9. Aproveche la capacidad que tenemos de imaginar (...) para pensar en en cosas bellas, en lugar de desgracias. No tiene sentido la capacidad de la mayoría de la gente para hacerse infeliz imaginando. 
  10. Durante el invierno no paramos de invertir en nuestro futuro (...) Hay un exceso de inversión y un déficit de mantenimiento. Aproveche las vacaciones y el tiempo libre para invertir menos y colmar el déficit de mantenimiento de uno mismo.

Más sobre este libro:

miércoles, 9 de marzo de 2011

El viaje al poder de la mente

"Se nos repite desde pequeños que tendríamos que aprender de nuestros propios errores, ¿pero cómo vamos a aprender de nuestras equivocaciones si no admitimos nunca, o rara vez, que nos hemos equivocado? Ahora resulta que el cerebro enfrentado a un discurso disonante puede bloquear hasta inhibirlos a determinados circuitos cerebrales 'para que no molesten'. Ignorábamos lo que nos mueve por dentro.

De lo que antecede se deducen unas sugerencias comprobadas recientemente por la ciencia. Decidimos en función de lo que creemos y no de lo que vemos. Al contrario que los primates sociales más evolucionados, no queremos cambiar de opinión ni que nos maten. No sólo somos incapaces de predecir, sino que tendemos a imaginar el futuro calcando el pasado. No hemos querido aceptar que las intuiciones son una fuente de conocimiento tan válida como la razón."

De el prólogo de "El viaje al poder de la mente", Eduard Punset.

¡Lee el primer capítulo!