Existe una conversación permanente entre las diferentes facciones de su cerebro, y cada una compite por controlar el único canal de salida, que es su comportamiento. Como resultado, puede llevar a cabo las extrañas proezas de discutir consigo mismo, insultarse y engatusarse para hacer algo. (...) Cuando la anfitriona de una fiesta le ofrece tarta de chocolate, se encuentra entre la espada y la pared: hay partes de su cerebro que han evolucionado para desear la rica fuente de energía que es el azúcar, y otras que se preocupan por las consecuencias negativas, como la salud de su corazón o el volumen de sus michelines. Una parte de usted quiere la tarta, y otra intenta reunir la entereza para renunciar a ella. El voto final del parlamento determina qué parte controla su acción, es decir si alarga la mano o la levanta. Al final, se come la tarta de chocolate o no, pero no puede hacer las dos cosas. (...) Los cerebros son máquinas compuestas de partes en conflicto. (...) Mi propuesta es que como mejor se comprende el cerebro es como un equipo de rivales, y el resto de este capítulo explorará este concepto, quienes son los partidos, cómo compiten, cómo se mantiene la unión y qué corre cuando ésta se deshace. A medida que avancemos, recuerda que las facciones que compiten suelen tener la misma meta - la prosperidad del país - pero a menudo diferentes maneras de conseguirla. (...) también el cerebro posee facciones que compiten y que creen conocer la manera correcta de resolver los problemas.
miércoles, 3 de julio de 2013
La democracia de la mente
David Eagleman en su libro "Incógnito, Las vidas secretas del cerebro" capítulo 5, "El cerebro es un equipo de rivales" p.134, comenta:
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