miércoles, 23 de marzo de 2011

La escalera de inferencia o cómo, a partir de detalles, llegamos a una abstracción

Imagina que un día tu perro trae entre los dientes al conejo de tu vecino, muerto y lleno de tierra. ¡Maldito perro! ¿Qué hacer? Tu vecino es un buen amigo; lo mejor será lavarlo, para que al menos cuando lleguen los hijos de tu vecino lo vean limpito y aseado, antes de despedirse del conejo. Cuando oyes llegar a los hijos del vecino a la casa, te asombras por el comentario que hacen: "¡Anda el conejo que ayer murió y enterramos en el jardín ha vuelto a su casa."

La escalera de inferencia es un modelo de cómo las personas procesan información, originalmente presentado por Chris Argyris en Cómo Vencer las Barreras Organizativas.



Imagínate una escalera, en su base con información real y experiencias. El primer peldaño representa aquella información a la que hacemos caso. La información y las experiencias que hemos vivido, o influenciadas por nuestros valores o creencias. Al mismo tiempo ignoramos aquellos que "no esperamos" ver. El siguiente peldaño es en el cual añadimos significado a lo que decidimos ver, para así desarrollar nuestras suposiciones en el tercer peldaño. A partir de estas suposiciones llegamos al cuarto peldaño, el de las conclusiones.  En el quinto desarrollamos nuestras creencias o reforzamos aquellas que ya teníamos. Estas creencias forman la base de nuestras acciones que están en lo alto de la escalera, para crear, si es oportuno, nueva información real y experiencias.

¿Que me pasó al ver al perro con el conejo en la boca? Recorrí la escalera de inferencia  de Argyris  - un camino mental para incrementar abstracción - que muchas veces nos puede llegar a creencias equivocadas. Cómo vemos el mundo y cómo actuamos influencia lo que vemos, cómo lo interpretamos y a que conclusiones llegamos. Esto nos lleva a tomar decisiones que producen resultados que suelen reafirmar las suposiciones que hicimos. Di por supuesto que mi perro había matado al conejo, y ¡lo resucité a ojos de los niños!

Igual que me pasó con el perro, en nuestras interacciones con otras personas, llegamos a conclusiones equivocadas por efectuar "saltos de abstracción" sin querer. Ahora que conocemos la escalera de inferencia, la podemos utilizar para mejorar nuestra capacidad de comunicación:
  1. Reflexionando: Siendo más conscientes de nuestra manera de pensar y razonar
  2. Apoyo: Haciendo que tu pensamiento y razonamiento sea más visible a otros
  3. Indagando: Indagando en la forma de pensar y razonar
La escalera de la inferencia nos permite efectuar varias preguntas:
  • ¿Cuáles son los datos observables detrás de cada frase?
  • ¿Está todo el mundo de acuerdo con el significado de esos datos?
  • ¿Puedes compartir conmigo tu forma de pensar?
  • ¿Como llegamos de esos datos hasta nuestras suposiciones?
  • Cuando dijiste "[lo que inferiste]", ¿querías decir "[mi interpretación de ella]"?
O sea que el perro traiga al conejo no implica que lo haya matado. Podíamos habernos hecho preguntas (o a nuestro interlocutor si fuese humano) para comprobar si la suposición de que el perro mató al conejo era correcta, o podíamos haber observado con detalle el conejo y comprobar que no tenía mordiscos...

Cuidado con aquellos datos que de tan obvios, parece que no hace falta verificar. Los datos son "ciertos" cuando podemos comprobarlos de una forma común y a ser posible científica. Intenta darte cuenta de cuando subes por la escalera de inferencia, llegando a conclusiones y haciendo suposiciones, en tus discurrir diario.

Si piensas que tu vecino es estúpido, pregúntate ¿qué tiene esa persona que te hace pensar eso?, si estás en desacuerdo profundo con otra persona ¿qué de tu forma de pensar es tan importante que te incomoda en es momento y te hace resistir a la opinión del otro?

Cada vez que te encuentres en una situación de este tipo, cuestiona tus suposiciones, quizás tu creencia no sea la única manera de ver algo. O al contrario, con la escalera de inferencia puedes compartir con otra persona por qué piensas como piensas. Y al intentar entender qué te incomoda del otro, y mostrar cómo tu piensas, acelerar el camino al entendimiento.
¿Un método para superar estas situaciones? Para poder obviar estas abstracciones en las que podemos caer, Peter Senge, en su libro la Quinta Disciplina, propone el metodo de la columna izquierda, para analizar claramente por qué no somos eficaces comunicándonos con otros. Mira justo el punto del libro donde lo explica.


Mira este vídeo e intenta analizar, al calor de la escalera de la inferencia y con ayuda de la columna izquierda, qué puede estar pasando.

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