miércoles, 23 de junio de 2010

¿Por qué estamos en un momento de cambio?

El mundo ha ido evolucionando, y nos gusta o no, nuestras sociedades se van adaptando a las realidades económicas del planeta. Desde que el mundo es global, lo que pasa en las antípodas nos afecta. Ya no podemos "escondernos" en nuestro microcosmos y obviar el entorno.

La apertura de los mercados entre otros de Brasil, Rusia, India y China (los paises BRIC) ha permitido que, de entrada, accediésemos a una mano de obra barata (como hizo en su día Europa con nosotros). Estos países han reinvertido sus beneficios en educación acelerando así su desarrollo económico.



Al mismo tiempo, los avances tecnológicos (Internet, micro-ordenadores, telefonía móvil) han interconectado el mundo permitiendo que desde sitios remotos pueda trabajar la gente con nosotros, podemos leer cualquier periódico cuando nos apetece, escuchar sólo la música que nos gusta con iTunes o Spotify, interconectarnos con twitter o facebook, o con nuestros móviles. Diferentes personas en sitios diferentes irán convergiendo gracias a las nuevas tecnologías.





Pero esto tiene un precio. Cuando ciertas variables económicas cambian, nuestra vida cambia. Si fabricar una camiseta en China es más barato que fabricarla en España, aquí, nos guste o no, ya no fabricaremos esas camisetas. Como decía al principio, la realidad económica(*) nos envuelve y atrapa. La sociedad se tiene que adaptar a ella.

En este contexto mundial, al que nuestra economía está íntimamente ligado, Guillermo de la Dehesa analiza la situación de nuestra economía en su excelente artículo "Ahora o Nunca".  En el comenta que tenemos dos problemas, el primero, nuestro gran endeudamiento privado (que gastamos en comprar casas), opina que está corrigiéndose, pero el segundo, nuestra falta de competitividad, ha generado dos tipos de españoles, los que tienen un empleo seguro con un alto coste de despido y los que no acceden a un trabajo fijo:
"el Gobierno debe atreverse a cambiar por decreto ley este sistema de contratación laboral y de negociación colectiva tan ineficiente, tan injusto, tan inflacionista y que además perjudica al empleo y al crecimiento."
Porque cuando el resto de los jugadores de las economías se liberalizan, ¿qué otra opción nos queda?


(*) Otra historia es si hay que regular la economía. Las políticas de auto-regulación del mercado se han demostrado falsas.

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